Objeto es sinónimo unívoco de utilidad sólo ante nuestra mirada
acostumbrada.
Los objetos más cotidianos pueden transformarse mostrando infinitas
posibilidades.
"Una ventana" es la historia de un vestido que ya no quiere permanecer
colgado quieto en un placard. Es la historia de algunas de las cosas que
pueden ocurrir si el orden común de realidad se rompe y se abre el juego.
Perchas que se unen formando un rombo, una ventana que da al mar.
Vestidos que invertidos son flores que cantan. Perchas-gaviotas; perchasbarco;
perchas-barrilete.
El gran sobretodo del placard siempre querrá que se vuelva al orden y a la
quietud.
Pero el juego que una vez se ha abierto, como en la infancia, realiza
conexiones que trascienden a los vestidos como vestidos, a los seres
particulares como seres particulares.
Y los vestidos que antes estaban quietos, bailan ahora el carnaval.
La multiplicidad de lenguajes y posibilidades comienza. Sólo serán
nuestros ojos los que decidan o no aceptar la diversidad que convive aquí
y ahora, continua y simultáneamente. Sólo serán los vestidos quienes
elijan permanecer colgados y quietos o salir a bailar a través de las
ventanas de los diversos mundos posibles.